Recuerdo mis cumpleaños cuando era pequeña, mi abuela preparaba el pastel, mi padre organizaba los juegos que nos entretendrían toda la tarde y mi madre trasnochaba haciendo las sorpresas del cumpleaños. Extraño lo comprometido y creativo de las familias de esos tiempos, donde no todo se resolvía comprando tortas, contratando un servicio de entretención infantil o llenando una bolsa plástica de dulces. Les propongo que rescatemos esa creatividad, he involucremos a todos en una celebración sencilla pero no por eso menos entretenida. Para ayudar un poquito, una idea muy fácil de realizar que podemos regalar como sorpresas "un gato", hecho con tela y en su propia bolsita, ¡ideal!
foto Home life
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