¿Qué niña no disfrutaría de un tocador rosa como este? ¿o de un rincón ultra femenino para jugar, disfrazarse o sentirse una princesa de cuento? Las maravillas del reciclaje han logrado esta fantasía, al reutilizar y renovar este mueble del mercado de las pulgas (que a mi parecer no hubiese tenido mucho arreglo).
Vía Mayelee
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